En el Perú, existe una tradición religiosa que mueve corazones y congrega a miles de fieles en una procesión llena de fe y devoción. Hablamos del Señor de los Milagros, una celebración que ha perdurado por siglos y que sigue siendo una de las manifestaciones de religiosidad más importantes de América Latina. En este artículo, te proporcionaremos información completa acerca de esta celebración, abordando desde su origen hasta los sitios en los cuales se desarrolla, y cómo se celebra desde el año 1687 hasta el 2023 este año se estaría celebrando sus 336 años de fe. Descubre con nosotros el significado y la emoción que rodean al Señor de los Milagro.
Todo comenzó con un esclavo angoleño, quien pintó una imagen de Cristo crucificado en las paredes de una humilde choza en el año 1651 ubicada en el barrio de Pachacamilla. La imagen fue pintada con tintes oscuros, utilizando técnicas aprendidas de su tierra natal.
En 1655 hay un devastador terremoto el 13 de noviembre. Donde solo el muro queda en pie.
1671: Las autoridades ordenaron eliminar la imagen. Antuñano relata, basándose en el testimonio de testigos presenciales, que el primer individuo subió la escalera y estaba a punto de comenzar a borrar la imagen cuando fue afectado por un temblor, cayendo desmayado y quedando inmóvil. El segundo individuo tuvo una experiencia similar, pero persistieron con un tercer hombre. Este último comenzó a exclamar que la corona del Cristo se estaba volviendo verde y la imagen se volvía más hermosa. En ese momento, de manera inusual en la ciudad, el cielo se oscureció y una intensa lluvia comenzó, lo que se interpretó como un indicio de que Dios no deseaba que la imagen fuese borrada.
Contada la historia el virrey de Lemos contrata a José de la Parra para completar el mural y manda a celebrar la primera misa, delante de la pintura del Cristo crucificado, plasmado en un humilde muro de adobe.
1684: Antuñano recibe el encargo de preservar el culto al Señor de los Milagros. Compra las dos manzanas donde se encuentra el muro.
1687: El terremoto del 20 de octubre que azotó Lima aquella madrugada, a causa se fijó una primera fecha de recorrido tradicional, Antuñano saca el lienzo en procesión por primera vez.
1700: Antuñano invita a la madre Antonia Lucía del espíritu santo y sus beatas nazarenas a mudarse a Pachacamilla. Con la finalidad de garantizar el culto al Señor de los Milagros de Nazarenas.
Años después es autorizado el permiso para fundar el monasterio de Carmelitas Descalzas, con la condición única de ser además nazarenas, y concediéndoles el uso del hábito morado.
En 1746 hubo otro Destructor terremoto el 28 de octubre, se convierte en otra fecha de recorrido tradicional.
En 1766, el virrey Amat da la iniciativa de edificar la iglesia. Años después es grabado con el diseño de la iglesia que se inaugura el 20 de enero de 1771, la misma que vemos hoy.
Antonia Maldonado y Verdugo, originaria de Guayaquil en el virreinato del Perú, experimentó la pérdida de su padre cuando tenía entre once o doce años. Acompañada por su madre, se trasladó al Callao y se establecieron allí, sosteniéndose mediante el oficio de confeccionar cigarrillos. A medida que alcanzó la edad adecuada, su madre le sugirió contraer matrimonio con Alonso Quintanilla, un hidalgo de recursos limitados.
Aunque ya tenía inclinaciones espirituales y había recibido mensajes de Jesucristo en sus sueños, Antonia accedió obediente al matrimonio. Sin embargo, en la noche de la boda y durante los cuatro días siguientes, ella afirmó sentirse afectada por «crecimientos». Alonso interpretó que su esposa tenía otro llamado, lo que llevó a comprometerse a mantener la castidad.
En 1677, Antonia recibió el mensaje de vestir el hábito nazareno de Jesucristo. Más tarde, le reveló a su confesor Basilio Saizieta que Jesucristo le había dicho: «Mi madre ha entregado su traje de pureza a otras almas y a ti te entrego mi traje y hábito con el cual recorrí el mundo: valora este regalo». Tras enviudar en 1681, viste del color morado y asumió el nombre de Antonia Lucía del Espíritu Santo. Se cree que para entonces ya había establecido el Colegio Nazareno en el Callao, con la contribución del capitán Francisco Serrano Carrillo de Albornoz.
Posteriormente, el capitán y su esposa intentaron imponer a una protegida como directora del recogimiento, a pesar de su falta de devoción. Antonia, molesta, consultó a su confesor, quien le recomendó trasladarse a Lima y unirse al beaterio de Santa Rosa de Viterbo. Aunque causó inquietud entre las franciscanas al llegar vestida de morado, finalmente logró establecerse.
Tras un año en Viterbo, Antonia consiguió donaciones para fundar el Instituto Nazareno de beatas en Monserrate en 1683, donde permanecieron hasta finales del siglo. Continuó recibiendo mensajes de Cristo en sus sueños, algunos de los cuales predijeron que el lugar donde se establecerían estaría cerca de carneros y que adoptarían la regla del Carmen. Existe evidencia de que Antonia y Sebastián, dos pilares de la devoción, ya se conocían. Saizieta relató que después del terremoto en 1687, Antonia, inspirada divinamente, animó a Antuñano a continuar con su labor.
Saizieta también menciona que antes de conocerse, Antonia Lucía observó desde un balcón al Señor saliendo en procesión desde la iglesia de San Agustín. Esta experiencia tuvo un impacto tan profundo que desde entonces ella y sus beatas acompañaron al Señor en su procesión.
La celebración del Señor de los Milagros se lleva a cabo principalmente en la ciudad de Lima, en especial en el Convento de las Nazarenas, donde se encuentra la icónica imagen del Cristo Moreno. Cada año, miles de fieles se congregan en una impresionante procesión que recorre las calles de Lima, convirtiendo la ciudad en un mar de fe y devoción.
Además de Lima, la festividad también se celebra en otras ciudades del Perú, como Trujillo, Arequipa, Cusco y Chiclayo, donde la imagen del Señor de los Milagros es venerada con gran fervor.
La Procesión del Señor de los Milagros en Lima es un evento religioso y cultural de gran relevancia en la capital peruana. Cada año, miles de fieles y curiosos se congregan para ser parte de esta impresionante manifestación de fe, devoción y tradición.
El evento se lleva a cabo durante el mes de octubre, que es conocido como el «Mes Morado» debido al color característico del hábito que usan los fieles durante la procesión. El Señor de los Milagros, también conocido como el Cristo Moreno, es una imagen venerada y respetada por su historia de milagros y su conexión con la protección en momentos difíciles.
La procesión en sí es un espectáculo visual y emocional. La imagen del Señor de los Milagros, pintada en un muro por un esclavo angoleño en el siglo XVII, es cargada en andas moradas por un grupo de devotos conocidos como «cargadores». Estos hombres llevan sobre sus hombros la pesada estructura por las calles de Lima, mientras miles de personas se unen a la marcha, vestidas de morado en señal de devoción.
El recorrido de la procesión varía a lo largo de los días, pasando por diferentes calles y plazas icónicas de la ciudad. Los fieles se congregan en las aceras para presenciar el paso de la imagen y hacer sus plegarias. El ambiente está cargado de emociones, desde la solemnidad de la ocasión hasta el fervor de aquellos que agradecen los milagros recibidos.
La Procesión del Señor de los Milagros no solo es un evento religioso, sino también una oportunidad para experimentar la cultura y la identidad peruana. Los puestos de comida callejera ofrecen platos tradicionales, como el «turrón de doña Pepa», un dulce emblemático de la festividad. Además, artesanos y vendedores exhiben productos relacionados con la devoción y la imagen del Cristo Moreno.
Si tienes la oportunidad de visitar el Perú durante la celebración del Señor de los Milagros en 2023, no te pierdas la oportunidad de vivir esta experiencia única y emotiva. Participa en la procesión, siente la unión del pueblo peruano y déjate conmover por la fe y la devoción que envuelve a esta festividad.
Lima, Cusco y Puno
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Lima, Nazca, Cusco y Puno
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